Creo que no solo Pedro Sánchez es
un hombre asustado sino que, además, es lo peor que nos podía haber pasado en
estas circunstancias. Rodeado de marxistas redomados y aferrado al sillón pase
lo que pase - y realmente es pase lo que pase, porque no se me puede ocurrir
una situación más tremenda que esta-, no acierta a comprender que los Estados
de Derecho son fuertes y cuentan con los instrumentos necesarios para no
necesitar dejarse arrasar por los modelos comunistas.
¿Qué significa que España es un
Estado de Derecho? Básicamente que aunque sufriéramos una invasión alienígena o
zombi, el Estado tendría medios para combatirla sin mermar los derechos de los
ciudadanos y sin que a la Constitución se le moviera un pelo. Este ejemplo que
yo le pongo a mis alumnos en el sumum
del estereotipo, ahora se me representa en
la realidad. No es una invasión alienígena ni de zombis, pero se le
parece mucho a peor. En esta situación podemos hacer dos cosas: comportarnos
como lo ha hecho el Estado chino que está consiguiendo vencer al coronavirus
con instrumentos de control comunista, o hacerlo como un Estado democrático de
Derecho que, hay que reconocer, nunca se ha enfrentado a una situación así.
Tenemos tanto miedo que solo miramos las actuaciones de China para combatir el coronavirus,
y como parece que científicamente es la única forma de hacerlo no nos importa,
por un tiempo, cambiar nuestro estilo de vida democrático para salvar la vida,
aun cuando esto suponga la eliminación de facto de todos los derechos
fundamentales. ¿Entonces? ¿Para salvar la vida hay que actuar como lo hace
China? Yo creo que no. Una cosa es que al coronavirus se le combata con medidas
de aislación social para evitar contagiarlo, y otra es que los poderes del
Estado cambien de manos.
Es lógico que China combata así.
No tiene que ponderar las medidas que adopta para no lesionar los derechos. No
hay respeto a los derechos, no hay derechos; no tienen problema. Y en cuanto al poder político, la Comisión Central de Asuntos Políticos y Jurídicos, que es el brazo supervisor del partido comunista
chino en materia legal fue, de facto, quien autorizó la confinación de los
ciudadanos y el cierre total de las ciudades chinas. Lo aclaro por las posibles
comparaciones que podamos hacer más adelante.
¿Dónde ha previsto la
Constitución la invasión zombi –léase pandemia mundial-? En el artículo 116
previendo tres situaciones diferentes: estado de alarma, estado de excepción y
estado de sitio. Es un artículo largo, pero de todo lo que dice (que iremos
viendo) a mí me parece que lo más importante es que, ni siquiera en plena
invasión zombi –léase coronavirus- se
pueden suspender los principios democráticos y de Derecho. Son tres
instrumentos en manos del Gobierno, pero que, a diferencia del gobierno chino,
debe usarlos contando con la autorización del poder legislativo. Este elemento
es fundamental. En nuestro sistema político, el poder legislativo es el
encargado de hacer las leyes, pero, al mismo tiempo, es el representante de
todos los ciudadanos, elegido por todos los ciudadanos y en el que, por tanto,
reside la soberanía de la Nación. Lo digo de otra manera: entre todos elegimos
al poder que tiene que hacer las leyes que luego todos cumplimos. Por eso nos
llamamos Estado democrático de Derecho. Y, por eso, señor Sánchez, usted tiene que acudir
al Congreso y no puede hacer como en China y gobernar con el consejo de una
Comisión de expertos. Y por eso el artículo 116 aparece en un Capítulo de la
Constitución que se llama “De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes
Generales”. En la situación actual de limitación absoluta de TODOS los derechos
fundamentales, creo que ya no sirve la declaración de estado de alarma y que el
Congreso tiene mucho más que decir. Esa es la primera línea defensiva de
nuestros derechos. Pero hay muchas más.
Cuando los ciudadanos
españoles, anestesiados por el miedo reaccionen, podremos defender nuestro
derechos, el primero la vida. Les emplazo a las siguientes entradas del blog.
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